10 junio 2009

Día del Estudiante Revolucionario

Me los topé saliendo del Museo del Oro. En la bolsa el encargo un poco encarte, pero al que viaja le tocan esas cosas. Iban pasando por la séptima y gritando cosas como "soy estudiante", y "cambiar el mundo", y "gobierno paramilitar", pero el hilo entre ellas era un rumor creciente, nada más.
El que no ha sido anarquista a los 20, no tiene corazón, y el que lo sigue siendo a los 50, no tiene cabeza, decía Leopoldo en conferencia el otro día. Aunque eso no lo dice él, lo dice mucha gente, es... sabiduría popular. Pues bien, a los 30 pasaditos, soy lo que no era a los 20 y que espero seguir siendo a los 50: mucho corazón y poca cabeza.
Entonces, pues les seguí la marcha.
Y claro, detecté de inmediato a los ESMAD, el grupo de contención de la policía, los robocops antidisturbios, los "cerdos" como gritan los que marchan (y yo pienso, siempre es que los buscan un poco...). En la esquina de la Jimenez con séptima, el panorama es de llorar: los robots armados y sin rostro protegen en filas dobles al Banco de la República, a la iglesia, al Macdonalds y a City TV. Dinero, Dios, Gran Capital, Medios masivos... he ahí lo que protege la policía, la guardia de las armas de la República, de MI república... y contra quién? contra quién? ay... ja! contra los estudiantes, contra los jóvenes rastas o punkeros o hippies de la Nacional, de la Distrital, de la Pedagógica.
Contra mí.
Contra el ciudadano, el contribuyente, el cristiano de a pie, el televidente, el elector.
Triste.
Aunque quisiera explicarles así a los gritos lo que significa etimológicamente la palabra República... estoy como Junior Soprano: me quejaría, sí, pero ¿quién me oiría?
Es igual, si total el tiempo de vida que pierde uno secándose las manos en un baño de centro comercial está claramente especificado, no hace falta contar: el secador automático de manos se apaga automáticamente a los 30 automáticos segundos.
Es igual si voy a perderme la temporada final de ER por Warner y el último capítulo de la 5ª temporada de House por Universal, pero no me importa porque iré a verme episodios viejos doblados en catalán o con acento español.
Y además, si se llegara a caer el avión, feliz como perdiz de haber mirado con lástima a la Reprivada de Colombia durante un cuartico de hora para irme luego a comer ajiaco a modo de eventual última cena.