18 septiembre 2012

episodio 1: la librería

Quedamos de encontrarnos en metro drassanes 30 minutos antes de que empezara la lectura de cuentos en la librería. Vendrían Andrés y Ruth.
Después de habérmelo pensado un millón de veces, al final decidí ir, total, no era lo que venía pidiendo desde hace años? Amigos que se apuntaran a estas cosas a las que yo no quería ir sola? pues si, listo, voy, ahí nos vemos. Todo el día pensando en eso, pero relajada, ya por la tarde cuando se acercaba la hora me empecé a estresar, juepucha... que me invento pa no ir? nada, al final todo cuadraba, así que ni modo, hágale!

Llegué a Drassanes (puntual, cosa rara, work in progress) y ahí estaban esperándome, sonrientes. Resulta que viene otra amiga, debe de estar por llegar. Esperamos 5 minutos, yo diciendo estupideces para tratar que no se me notaran los nervios que iban en aumento a cada segundo. Ahi está, llega una chica muy simpática con una sonrisota, se presenta, se llama Resi. Vamos andando a la
librería que está mas o menos cerca y yo cada vez mas nerviosa, ya decido no hablar con las chicas, sino mas fácil ponerme a escuchar a Andrés que tiene el "habla fácil" y nos quedamos un poco atrás dejándolas a ellas guiar.

Llegamos a la
librería, ellas entran directo, Andrés se pone a mirar los libros de la vitrina, yo me quedo ahi pegada, mirando sin ver, el corazón me va a diezmil, él me dice, si quieres entra, yo me termino de fumar el cigarrito y voy, yo nooo, ni puel, yo te espero... Finalmente entramos, yo no sé a donde mirar, no sé que hacer con las manos, no sé si mirar libros porque a cualquier portada o título que miro, siento que me sonrojo (no se me nota, pero yo lo siento), me voy repitiendo: yaaaaa, no sea culaaa, diossss, que adolescente jueputaaa, hágale, camine, a lo que vinimos!!

Finalmente voy detrás de las chicas, directas a donde estaban las sillas y la demás gente esperando a que empezara la lectura, solo había lugar en la primera fila, pues primera fila será, no me molesta tampoco, nerda cual soy... Quedo justo enfrente de las dos mujeres, una, la escritora que presenta su libro de cuentos que leerá a continuación acompañada por la otra, que es locutora de una emisora de radio que se llama inoutradio (jamas la había escuchado, ni idea que existía).


Ya sin demora, empiezan a hablar, y vaya! Que locuaz y que segura la escritora, divertida además, mujer interesante pienso y me voy sumergiendo en lo que estamos y sin darme cuenta me estoy divirtiendo y todo! Super! Que bien haber venido a esto! Cuenta unas historias que a veces me son super lejanas por no haber vivido nada parecido y otras que me son super cercanas por lo contrario, que bien otra vez!


De pronto aparece un tipo, con pedazo de cámara, se acerca, empieza a filmar a las dos mujeres mientras leen, luega a espaldas de ellas y, nooo que está haciendo!! Filma al público, me está apuntando directo a mi que estoy en primera fila!! juePuta. Váyase. Señor, deje de filmarme, fílmelas a ellas, aaaah, noo, jueputa, que va a hacer con ese video? lo va a subir a internet? a youtube? a facebook? mañana a primera hora mi mamá va a estar viendo mi cara en youtube en una
librería donde leen cuentos de queeeee??!!!! noooo, apague ya la puta cámara! ufffff... desconcentración total...

Estresadísima, ya no le pongo atención del todo a lo que cuentan, pasaron mas o menos mil horas, hasta que el man decidió moverse de ahí... y yo volví a respirar, que estrés, que agobio por dios! De pronto ya aplausos, risas, se acabó la cosa y nos invitan a tomar una cervecita por cuenta de la
librería. Que bien, si, la necesito urgente, me paro y voy directa a la barra, me pillo un par de cervezas y me quedo ahí en el último rincón intentando tener una conversación normal con Andrés, que está contento de haber venido y al mismo tiempo sorprendido porque nunca le había pasado sentirse "el único diferente", si, era el único hombre (aparte del pirobo de la cámara que no estaba ahí por gusto sino currando). Y entonces me doy cuenta que también yo por primera vez, estaba en un sitio donde no era yo la diferente (sin contar las discotecas nulas a las que había ido algunas veces y donde me suelo sentir todavía más diferente). Era una más entre otras iguales. Que sensación rara. No la proceso del todo, pero siento algo de alivio profundo.

Me voy, no me quedo a charlar sobre la experiencia, tengo reunión de trabajo y una urgencia de estar sola y lejos de ahí y de todos. Voy pa casa, todavía no he procesado lo que acaba de pasar, pero necesito dormir, me echo una siesta rápida, estaba agotada, como si hubiera jugado cinco partidos de tenis seguidos.